Por Blanca Padilla

En primera instancia, algo sobre lo que ya se ha venido
discutiendo, pero que es muy grave: la falta de credibilidad de la sociedad en
las autoridades y en los medios de comunicación tradicionales.
La ciudadanía creyó más en lo que decían otros ciudadanos en
las redes sociales que en lo que decían locutores o conductores de programas de
televisión acreditados, quienes sostenían que no pasaba nada.
La percepción ciudadana tampoco cambió en nada, aún cuando aparecieron
a cuadro la Delegada de Iztapalapa o los jefes de Seguridad Pública del
Distrito Federal y del Estado de México, desmintiendo que hubiera saqueos y
gente asesinada.