El momento más emotivos de la celebración del Señor de la Misericordia ocurrió cuando los feligreses le pidieron al padre Bernardo que cantara su canción favorita: El hijo del pueblo.
No se hizo del rogar. Acompañado por el mariachi, un poco en francés y otro tanto en español, interpretó la famosa canción de José Alfredo Jiménez. “…descendiente de Cuauhtémoc, mexicano por fortuna”, decía el padre mientras los más de trescientos asistentes aplaudían.